jueves, 17 de septiembre de 2009

Y llego el otoño

Se terminó lo que solsticio de verano (solstitium). Si, lo siento por muchos, pero, hay que amoldarse a lo que hay. Se terminaron las fiestas populares de los pueblos, el pescaito frito, las tapas, las sandalias, etc. etc...


En Madrid, ha cambiado el tiempo radicalmente, como viene siendo habitual por estas tierras de Dios. Hemos pasado de sufrir la sartén de 40º donde cualquier podía freírse su huevo frito a plena calle, a unas temperaturas casi "ilegales" por esta época, 17º la máxima!!


No hay nada nuevo bajo el sol! Por estas fechas, sube el paro, empiezan los coleccionables, (¿alguien ha terminado alguno?? Premio para quien me diga que sí. También empieza un nuevo curso escolar, con regalito para los padres, el tener que desembolsar una cuantiosa cantidad de dinero; hacemos nuevos propósitos, de ser mejores, no fumar, empezar un máster, apuntarse al gimnasio nuevo que alguien te ha dicho que es lo mas, se acortan los días que se prologaran durante prolongará durante 89 días y 20 horas.


Y para algunos infelices que no pudieron cogerse las vacaciones en Agosto, ven y como les cambia el tiempo de la noche al día, eso sí, al menos con unas suculentas rebajas en los planes de vacaciones.

En otoño las hojas de los árboles caducos cambian y su color verde se vuelve amarillento y amorronado, hasta que se secan y caen ayudadas por el viento que sopla con mayor fuerza. Empieza un molesto viento con una humedad patente, que nos va avisando de que lo bueno se terminó.


Pero bueno, hay que tener mentalidad optimista, y pensar que hemos vuelto con las pilas recargadas, con lleno de ilusiones, proyectos y con la esperanza de que esta crisis impuesta, está dando sus últimos coletazos.


Hugo Hernández Sanéis
Madrid a 17 de Septiembre de 2009