lunes, 7 de diciembre de 2009

Planificación estratégica en nuestras PYMES

Cuando entre los años 218 y 201 a.C. el joven Aníbal Barca planeaba conquistar Roma, antes tuvo que abordar y definir su reino, luego formular las estrategias, analizar los factores del medio ambiente y  más tarde compararlas y combinarlas con sus propios recursos para determinar las tácticas, proyectos y pasos a seguir. Fue uno de los generales de la Segunda Guerra Púnica en la que llevó a cabo una de las hazañas militares más audaces de la Antigüedad: Aníbal y su ejército, en el que se incluían elefantes de guerra, partieron de Hispania y atravesaron los Pirineos y los Alpes con el objetivo de conquistar el norte de Italia. Allí derrotó a los romanos en grandes batallas campales como la del lago Trasimeno o la de Cannas, que aún se estudia en academias militares en la actualidad

Esto representa el proceso de Planificación Estratégica que se aplica hoy en día en cualquier empresa. El historiador militar Theodore Ayrault Dodge le llamó «padre de la estrategia». Fue admirado incluso por sus enemigos, Cornelio Nepote le bautizó como «el más grande de los generales»; de hecho, su mayor enemigo, Roma, adaptó ciertos elementos de sus tácticas militares a su propio arsenal estratégico. Su legado militar le confirió una sólida reputación en el mundo moderno, y ha sido considerado como un gran estratega por grandes militares como Napoleón I o Arthur Wellesley, el duque de Wellington.

Ya en nuestra época contemporánea, Igor Ansoff (1980), gran teórico de la estrategia identifica la aparición de la Planificación Estratégica con la década de 1960 y la asocia a los cambios en los impulsos y capacidades estratégicas. Para otros autores, la Planificación Estratégica como sistema de gerencia emerge formalmente en los años setenta, como resultados natural de la evolución del concepto de Planificación: Taylor manifestaba que el papel esencial del "management" exigía la planificación de las tareas que los empleados realizarían, el gerente pensada el qué, cómo y cuándo ejecutar las tareas y el trabajador hacía.

Esto originó un cambio estructural hacia la multidivisional. La investigación y el desarrollo cobran mayor importancia; el lapso de tiempo entre la inversión de un bien y su introducción al mercado se reduce cada vez más y el ciclo de vida de los productos se acorta; la velocidad de los procesos causas, por una mayor competencia.

Hoy en día, podemos afirmar por tanto que las primeras aplicaciones de la planificación estratégica se produjo en los ambientes militares (donde se llamaría estrategia militar) y posteriormente se trasladaría al mundo de los negocios.

Para definir los objetivos, determinar las tácticas, las ideas, los recursos con los que empleamos, al igual que hizo Aníbal en Barca, hoy en día contamos con plan estratégico o comúnmente llamado plan maestro, documento en el que los responsables de una organización (empresarial, institucional, no gubernamental, deportiva,...) reflejan cual será la estrategia a seguir por su compañía en el medio plazo, generalmente periodo que oscila entre 1 y 5 años. En este periodo de vigencia existente varias etapas bien diferenciadas Análisis de la situación, Diagnóstico de la situación, donde se pretende conocer la realidad en la cual opera la organización. Declaración de objetivos corporativos, puntos futuros adonde la organización pretende llegar. Estrategias corporativas, responden a la necesidad de las empresas e instituciones para responder a las necesidades del mercado Seguimiento, o monitoreo donde se permite "controlar" la evolución de la aplicación de las estrategias corporativas en las Empresas u organizaciones y la Evaluación donde se permite medir los resultados, y ver como estos van cumpliendo los objetivos planteados.



Entrando un poco más en detalle y en particular en la Comunidad Valenciana, actualmente, se ha descuidado bastante en abordar la planificación estratégica de las pymes. Esto se ha agravado con la crisis económica que se ha producido y perdido la visión a largo plazo y ahora mas que nunca se necesita elaborar planes estratégicos. Con la elaboración de un plan estratégico bien con la elaboración de un plan maestro u otro documento análogo según sea la filosofía de la empresa, se pone el primer pilar de la política a medio plazo de una empresa. Es un gran paso para dirigir el día a día la empresa y no que el día a día nos dirija la empresa.

En nuestra cultura empresarial, esto realmente no es muy común, se da más prioridad a la elaboración de otros sistemas “aguas abajo” como pueden ser el sistema de aseguramiento de la calidad. Esto es un contrasentido porque pone de manifiesto la operativa de una empresa, sin tener el enfoque y las directrices, de a dónde, cómo, y qué se quiere llegar.

Con la elaboración de un plan maestro se puede acotar la incertidumbre, pone de manifiesto la macro políticas departamentales y da un enfoque presente y futuro coherente de los objetivos a los cuales la dirección quiere llegar. Refuerza los principios adquiridos de misión, visión y estrategia; fomenta las prioridades en el destino de los recursos, etc. El cuándo abordar un plan maestro dependerá de los factores externos o internos.

He comentado anteriormente y haciendo un paréntesis, el concepto de misión…., y no es baladí. En los años setenta, la empresa Xerox invitó a un joven ingeniero llamado Steve Jobs a que asistiera con otras personas a la demostración de una innovación todavía sin aplicación práctica: un operador desplazaba una pequeña máquina en una mesita, y se podían seguir sus movimientos en la pantalla. Todos pensaron que la máquina era ingeniosa. Solo Steve Jobs tuvo la visión. Se dio cuenta de inmediato de que la invención del "ratón" (Computer mouse) podía revolucionar la forma en que se utilizaban los computadores. Es esta visión nació Macintosh, y creció la compañía Apple Computers. La visión es más bien una manera distinta de ver las cosas, es la percepción simultánea de un problema y de una solución técnica novedosa. La visión adscribe una misión a la empresa: hacer que la visión se convierte en realidad. Digámoslo en pocas palabras, para el gerente de una empresa, la misión es lo que la cancha es para el futbolista. Enmarca su acción y sus movimientos (estrategias).

Retomando estos conceptos, los factores externos o ambientales, son normalmente la economía, la políticas gubernamentales la legislación del país, aspectos socio-culturales, demográficos, ambientales, y los entornos tecnológicos y competitivos.

Los factores internos, son los derivados de la estructura de la empresa. Administración, marketing, finanzas/contabilidad, producciones/operaciones, investigación y desarrollo, sistemas de información, y logística.

Desde que se generalizó y se puso en práctica estos postulados en los años 60 en los países industrializados hasta nuestros días, se han utilizado muchas técnicas, de acuerdo a estos periodos. Por poner un ejemplo, en los años 60 donde se caracterizaba por un fuerte crecimiento y expansión, se utilizaban proyecciones a LP y presupuestos a 5 años. En la década de los 90, donde había un crecimiento rentable, privatización de empresas publicas y aparición de mercados mundiales, las tecnologías de la información y la alta importancia de los factores del entorno, eran las técnicas mas empleadas.

Hoy en día, existente un abanico de técnicas, y en muchos formatos, (on line, etc) que permiten una personalización casi de ebanistería de las estrategias de nuestro tejido empresarial valenciano, pero me da la sensación que falta cultura e iniciativa para emplearlas. Antes hemos comentados los factores que hace que una empresa tome la decisión de crear, modificar, y actualizar su plan estratégico; yo afirmaría que existen otros factores que contrarrestan estos movimientos de acción-reacción; fuerzas o frenos/debilidades o palos entre las ruedas, que impiden realmente creerse estos conceptos y llevarlos a buen puerto: nuestra propia cultura.

Gandia, a 6 de diciembre de 2009

Hugo Hernández Sanfélix

martes, 1 de diciembre de 2009

¿Guerra de precios?

Guerra de precios es un término utilizado en los negocios para definir un estado de intensa competitividad acompañada con una serie de reducciones de precios multilaterales. Un competidor bajará su precio y otros lo harán en mayor cuantía. Si uno de los que han reaccionado reduce su precio por debajo del primero, entonces se inicia una nueva ronda de descensos. A corto plazo, las guerras de precios son buenas para los consumidores que pueden beneficiarse de los precios bajos. Generalmente, no son buenas para las compañías implicadas. Si los precios más bajos recortan los márgenes, pueden amenazar la supervivencia de la empresa.

A largo plazo, pueden ser buenas para las firmas dominantes en el sector. Habitualmente, las más pequeñas serán incapaces de competir y deberán cerrar. Las que quedan absorberán la cuota de mercado de las que han abandonado. Los principales perdedores, entonces son las firmas marginales y quienes invirtieron en ellas. A largo plazo, el consumidor podría también llegar a perder. Con menos empresas en el mercado, los precios tienden a incrementarse, a veces hasta niveles superiores que antes de la guerra.

Según un estudio que han presentado recientemente expertos de IE Business School y de la consultora Simon-Kucher Estudio Europeo sobre Pricing 2009, el 52% de las empresas europeas admiten estar inmersas en una guerra de precios. Este informe es el único que analiza las políticas de gestión de precios de las empresas europeas.

Los autores del informe han analizado la opinión de más de 1.200 directivos europeos de empresas ubicadas en España, Alemania, Francia, Holanda, Italia, Polonia, Reino Unido y Suiza, para conocer cómo gestionan su política de precios, cuáles son sus prioridades estratégicas y qué medidas están adoptando para salir de la crisis.

Del estudio del informe se desprende datos reveladores como que:

- El 52% de las empresas dicen encontrarse en una guerra de precios. El 95% culpa a la competencia de haber iniciado esta ofensiva. No obstante, una causa puede ser que el 69% de las empresas dan más prioridad a objetivos de volumen/cuota que a niveles de precio estables.

- En más de la mitad de los sectores encuestados los precios decrecieron fuertemente en los primeros meses de la crisis. Una bajada adicional del 10% eliminaría por completo los márgenes de la mayoría de empresas.

- El 80% de los encuestados estiman que los precios permanecerán en los niveles ya reducidos o bajarán aún más.

- El 41% de las empresas han incrementado los descuentos y las bonificaciones. Sin embargo, solo el 46% de estas empresas han diferenciado simultáneamente la concesión de descuentos en función del rendimiento del cliente.


Así podemos afirmar que las principales razones para las guerras de precios son:

Respuesta a un ataque de la competencia. Un competidor puede intentar ganar cuota de mercado a costa de tu producto vendiendo el suyo a menor precio. Como ejemplo podríamos a la guerra de precios que llevan actualmente dos grandes cadenas de alimentación españolas. En general, es mejor utilizar la estrategia de introducir una firma más competitiva que reducir el precio de mercado.

La naturaleza del producto. Algunos productos como las commodities, son difíciles de diferenciar. Sin característicos distintivas, el precio resulta el único término de comparación. Aquí podríamos citar las materias primas, ejemplo el trigo ya que, basándose en una calidad mínima estándar, no se hace diferencia entre el trigo producido en una granja o en otra

Precio de introducción. Si alguna de las firmas está empleando un precio político como estrategia de introducción de un producto, entonces los precios del mercado serán bajos. Algunas compañías de seguros de coches, introducen precios realmente competitivos para hacerse un hueco en el mercado.

Oligopolio. Si la estructura de la industria es oligopolística (es decir, existe poca competencia), los actores vigilarán de cerca sus estrategias y estarán preparados para realizar bajadas de precios. Hay muchos ejemplos en este sentido, sectores como el energético, telecomunicaciones donde han convivido en tiempos pasados antes de la liberalización de los mercados

Otros aunque en menor medida, y que son discutibles en su aplicación, son:

Utilizar demasiada capacidad de producción. Antes que llevar una planta por debajo de su capacidad óptima, las empresas reducen sus precios para vender suficiente para mantener la planta trabajando a su nivel óptimo.

Bancarrota y supervivencia. Las compañías próximas a la bancarrota aumentan el volumen de ventas para conseguir suficiente liquidez para su supervivencia. Previo al concurso de acreedores, antigua suspensión de pagos, muchas empresas con economías de escalas, practican estas artes.

Retomando ejemplos de hoy en día, la guerra de precios al otro lado del charco se materializa entre Wal- Mart y Amazon, que en el pasado viernes negro en USA, dejaron auténticos gangas digitales. Es un enfrentamiento que ya es un clásico y responde a sus estrategias comerciales. Otros que saltan al cuadrilátero, son la cadena juguetera norteamericana, Toys R Us, que lejos de atemperarse, el enfrentamiento, ha declarado también la guerra a la cadena Wal Mart.

Pero según los expertos, aunque estas disputas pueden alegrar al bolsillo al consumidor a corto plazo, realmente es una bomba de relojería para la competitiva a largo plazo de las empresas, porque si siguen con estas estrategias pueden estar lapidando el I+D+i y las políticas de marketing de sus productos.

Hugo Hernández Sanfélix

Gandía a 1 Diciembre de 2009