Cuenta una vieja leyenda que por allá el año 1284 en la ciudad alemana de Hamelín estaba infectada de ratas. Un buen día apareció un desconocido que ofreció sus servicios a los habitantes del pueblo. A cambio de una recompensa él les libraría de todas las ratas, a lo que los aldeanos se comprometieron. Entonces el desconocido flautista empezó a tocar su flauta, y todas las ratas salieron de sus cubiles y agujeros y empezaron a caminar hacia donde la música sonaba.
Una vez que todas las ratas estuvieron reunidas en torno al flautista, éste empezó a caminar y todas las ratas le siguieron al son de la música. El flautista se dirigió hacia el río Weser y las ratas, que iban tras él, perecieron ahogadas. Bueno todos sabemos como termino la historia, pero haciendo un breve y rápido resumen al flautista, no se le pagaron sus servicios prestados y al final cuenta la leyenda negra que se llevo a los niños de aquel encantador pueblo a ritmo de su embaucadora música.
Una vez que todas las ratas estuvieron reunidas en torno al flautista, éste empezó a caminar y todas las ratas le siguieron al son de la música. El flautista se dirigió hacia el río Weser y las ratas, que iban tras él, perecieron ahogadas. Bueno todos sabemos como termino la historia, pero haciendo un breve y rápido resumen al flautista, no se le pagaron sus servicios prestados y al final cuenta la leyenda negra que se llevo a los niños de aquel encantador pueblo a ritmo de su embaucadora música.
Haciendo una analogía con el gobierno municipal de Gandia, algún día los ciudadanos se darán cuenta de la ineptitud, engaño y políticas oscuras que esta realizando el gobierno municipal, a costa del sudor y lagrimas de todos los contribuyentes gandienses. Cuando no se han terminado algunos proyectos ya empezados y mal acabados de hace mas de 2 años, por poner un ejemplo e que afecta a la playa de Gandia, en la remodelación de la segunda línea y accesos, se esta anunciando a bombo y platillo nuevos megaproyectos, con una desfachatez e irresponsabilidad, por no hablar de otros que tienen en marcha.
Las políticas municipales, han de ser más serias y austeras y más aun cabe en estos tiempos de crisis, y no ser objetos de viejos caprichos personales, casposos y sinsentido. Crisis que esta ahogando a muchas familias que no ven el final de este sangrante túnel. Dado el limitado presupuesto que disponen las arcas municipales por antonomasia la sociedad, ha de exigir a sus políticos unos estudios más rigurosos, independientes, autónomos, planificados, y todo ello bajo una estrategia a largo plazo que aborde proyectos realistas, sensatos según las necesidades básicas de la sociedad.
Sino es así, todo queda en papel mojado, donde se adjudican los presupuestos a dedo, con una precaria financiación y lo que es mas grave siempre con dinero de los ciudadanos. Debemos por tanto exigir mayor transparencia e información en la evolución de cualquier proyecto de una ciudad, es decir desde el inicio con la toma de requerimientos de los resignados ciudadanos, diseño, desarrollo, ejecución, finalización y mantenimiento. En estas cuestiones, no valen las medias, tintas, dado que esta en juego el modelo de ciudad en la que queremos vivir ahora y en un futuro.
Como en la fábula del flautista de Hamelín, los ciudadanos de Gandia, y los turistas pueden devolver la misma moneda, sino ven satisfechas sus exigencias, y si este maltrecho gobierno municipal sigue empecinado en actuar con los mismos procedimientos, sin terminar las obras pendientes, anunciando megaproyectos imposibles, y no siendo conscientes del rumbo que puede tomar Gandia en los próximos años. El gobierno municipal ha de cumplir sus promesas, y estar a la altura de esta histórica y gran ciudad, y no ser comparsa ni estar hipotecados por amiguetes, socios y asesores parasitarios que lo único que hacen es desangrar las penosas cuentas municipales a ritmo de charanga.
Hugo H. Hernández
Gandía, a 6 de Noviembre de 2009
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