Se ha escrito mucho sobre este tema, a lo largo del tiempo, y muchos aun no saben lo que es, otros la persiguen incansablemente, y otros desistieron finalmente de tal cruzada.
Hubo un gran gurú de los negocios que conoció la salud y la felicidad a través de una antigua tradición de meditación conocida como Vipassana. Esta técnica de meditación que significa “ver las cosas como son”, es una manera de obtener la paz que lograba expulsar el miedo del corazón y ayudarnos a tener la valentía de ser lo que de verdad somos.
Este gran gurú lo describió en un curso agotador de diez días en el que los participantes, personalidades de la banca, gente de las finanzas, consultores, et, se sentaban durante horas en silencio, sin escribir, sin comunicarse, de ninguna manera, salvo con los maestros al final del día
Hoy en día, se busca la felicidad a través de lo material. Cuanto más tenemos, mas queremos, y pretendemos anhelar una felicidad material, que como bien se dice es una ilusión, porque no hay más error en creer el binomio felicidad-riqueza. Pero la mayoría de la gente, sigue en ese empeño, y en esa maratón de la vorágine, que nos hace consumir más y entrar en una espiral ciertamente peligrosa.
En el granero de la codicia se extienden muchos “cadáveres”, que intentaron ser felices un día, pero que el engranaje de la maquinaria de la vida, les hice poner en su sitio. Hoy en día, en algunas escuelas de negocio lo tienen muy en cuenta, y han podido cambiar el enfoque de sus programas curriculares para evitar tropezar con el viejo dicho de “tanto tienes, tano vales”.
Otras les han cogido con el pie cambiado, y se han estampado con la cruda realidad.
Pero volvamos un poco a lo que estábamos comentando antes. Aquel gurú de las finanzas siguió con su gran discurso sobe la técnica Vipassana, hasta altas horas de la noche. Entre los presentes había un joven promesa de la banca donde todo aquello le pareció bastante iluso y poco realista; el era bastante incrédulo sobre está técnica y decidió marcharse si darle la mayor importancia.
Pocos días después, empezó a darle vueltas sobre lo aquel gurú, había explicado aquella noche. “Diez días sin hablar, sin llamadas telefónicas, sin email, sin.... “. El pensó que era imposible acometer tal reto, y que la dictadura del tiempo le comía por dentro. El no era feliz, pero tampoco podía vivir sin estar pegado al email, fax, etc. Hasta que un buen día, decidió realizar dicho curso. Después de hacerlo, descubrió lo que tanto tiempo había estado buscando sin triunfo alguno: la felicidad. Fue entonces cuando empezó en su vida a ralentizar y escuchar la verdad.
Se empezó a cuestionar muchos principios que había adquirido, a preguntarse que es lo que realmente quería en su vida, a separar “la paja del grano”, a cuestionar su búsqueda del prestigio y del dinero y a enfocarse en lo que siempre había deseado que era, relacionarse con los demás.
Es muy cierto que esta técnica no es la solución ni el fin en si, pero de alguna forma nos puede ayudar a darnos tiempo y el espacio necesario a nosotros mismos, para preguntarnos quienes somos y que queremos realmente.
Siempre nos han inculcado desde muy pequeños a ver la vida como un viaje, en que termina con suerte, con el binomio amor y trabajo que no siempre suelen convivir. No es cierto o mejor dicho no existe un puesto de trabajo o una suma de dinero que pueda convertirse en una meta, sino entraremos en una búsqueda interminable.
La felicidad, es más que todo esto. Es un mosaico de múltiples facetas, que todas conjuntadas puede proporcionarnos cuotas temporales de felicidad, pero si alguno de estos ingredientes falta, es muy probable que nuestra felicidad se vea mermada.
Hugo E. Hernández Sanfélix
Gandia, 24 de Septiembre 2009
Jodeeerrr Hugo, cambia esa afoto hombreee!!! Que parece que estás posando para la matrícula en la comisaría como un delincuente.
ResponderEliminarJavi.